Homo Rusticus frente a Homo Ludens
"Yo no necesito eso" aaaaagggggg

El concepto Homo ludens, hombre que juega, proviene de una fecha tan temprana como 1938, cuando Johan Huizinga publicó el libro del mismo título.

No obstante, en el sexo, en el cortejo y en el amor, hay hombres que se han quedado en homo rusticus, bruticos que no son capaces de jugar ni de salir de sus papeles preestablecidos de machos que lo saben todo y, en definitiva, están por encima del bien y del mal. Por miedo a lo desconocido...

Sí, son ese tipo de hombres que, cuando les propones usar un masajeador o una anilla vibradora o un cosmético sensual, responden: "Yo no necesito eso". Aaaaaaaaaaaaaaaaaagggggggg, no se trata de necesitarlo, sino de jugar, divertirse, ser cómplices, experimentar... Porque, chicas, si nuestro futuro sexual va a ser hacer siempre lo mismo... ¡qué aburrimiento!

De todas formas, en general, los hombres bruticus -si no son muy bestias- son reconvertibles con un poco de estímulo y demostración práctica del tipo tomar un lubricante y hacerle un buen masaje íntimo... Después de que se deshagan entre nuestros hábiles dedos, estarán mucho más dispuestos a probar cosas nuevas que, por supuesto, no necesitan ;-), pero son divertidas y excitantes.

Los hombres bruticus son esos hombres que si propones una cena romántica se quedan dormidos después de haberse llenado la panza como si hiciera siete meses que no comen (mejor programar una cena romántica compuesta de varios pequeños platillos). O, peor aun, les propones la susodicha cena romántica y anticipan: "Quizá en el pasado la comida fuera un preámbulo al encuentro sexual. Actualmente, no es necesaria y a mí sólo me va a dar sueño", todo muy argumentado y razonado.

Bueno, pacienciaaaaaaaa, y mucha seducción y juego y, quizá, un detalle sensual sorpresa, nada intimidante ni agresivo (los detalles de Bijoux Indiscrets, por ejemplo, son la bomba para probar cosas nuevas y para convencer a los hombres de que vale la pena dejarse seducir por la sensualidad femenina).

De todas formas, hay Hombres Bruticus que no son tales sino, simplemente, individuos despóticos, impresentables, inseguros y con muy mala baba.

Son esos que, por ejemplo, cuando comentas que vas a una reunión sensual, dicen, con toda su mala onda: "¿Necesitas que alguien te diga lo que tienes que hacer en la cama?" o "a ver si aprendes algo, porque lo nuestro es un desastre" o similares. Son esos hombres que también pueden decir, sin pestañear, "ya lo hago yo, porque tú no te enteras", "ya hablo yo porque tú te explicas fatal", "todo lo haces mal","lo hago por tu bien", "contigo no se puede ir aningún sitio", "siempre te equivocas", "sin mí estarías perdida" o frases descalificadoras y humillantes de ese estilo que niegan tu valor como mujer, como persona, como ser inteligente, como individuo capaz de decidir por su cuenta.



Ludens se apunta a un bombardero o lo fleta
 
Frente a estas actitudes destructivas, sólo es posible el cambio: el cambio hacia una vida mejor en la que este hombre no esté presente.
Hay muchos hombres con ganas de compartir, dialogar, disfrutar, dar sorpresas y recibirlas, apoyarnos, criticar de forma constructiva... VIVIR.

Sobre el maltrato psicológico o abuso emocional
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  • SARA

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    Soy asesora de La Maleta Roja . Soy treinteañera (muy treinteañera, de hecho) y actualmente no tengo pareja. Ligo en ocasiones, aunque la mayoría de las veces no me entero de que me están tirando los trastos aunque me den con ellos en la cabeza. Me apasionan el sexo, las relaciones entre hombres y mujeres, las relaciones humanas y la vida en general. ¡Somos todos tan peculiares!!! Todavía espero que aparezca el amor, pero, mientras tanto, ¿por qué no pasarlo bien?